
Trastorno por dolor
¿Sufre un dolor intenso, que le hace acudir al médico continuamente, en una o varias zonas del cuerpo? ¿Ha notado que su vida se ha visto afectada por sufrir esos dolores? ¿Está centrado únicamente en el dolor? ¿Dispone de algún diagnóstico por enfermedad médica, o un diagnóstico psicológico?
Breve descripción del trastorno
En el trastorno por dolor, el síntoma principal es el dolor y tiene una gravedad suficiente como para recibir atención médica. Cuando se sufre este trastorno, la vida diaria se ve alterada: puede darse incapacidad para trabajar o para ir a la escuela, se acude de forma habitual al médico, hay una medicación continua, problemas en las relaciones personales. El dolor pasa a ser el centro de de atención. Los síntomas dolorosos no son intencionados. Puede estar asociado a factores psicológicos, que influyen en el inicio y mantenimiento de los síntomas y a una enfermedad médica.
Síntomas destacados
- Dolor: es el síntoma esencial en este trastorno, se puede dar en una o más zonas del cuerpo y es de gravedad ya que te lleva a acudir al médico. Según su curso el trastorno por dolor puede ser agudo, si dura menos de 6 meses, o crónico, si su duración es de al menos 6 meses. La mayoría de los episodios de dolor agudo desaparecen en un corto período de tiempo. El inicio del dolor crónico es muy variable. En la mayoría de los casos se acude a centros de salud mental cuando ya han pasado varios años desde el inicio de los síntomas. En la recuperación del trastorno por dolor hay algunos factores decisivos que son: la participación en actividades de la vida cotidiana (p. ej., ir al trabajo), a pesar del dolor, y poner resistencia para que el dolor no se transforme en el núcleo central de la vida.
Propuesta de abordaje terapéutico
El tratamiento debe ser multidisciplinar: hay que trabajar en conjunto con el tratamiento médico (para aliviar el dolor en la medida en la que sea posible). El objetivo es el control del dolor, hacerlo soportable, aunque no su eliminación. Entender qué papel tienen los factores psicológicos que hacen que se inicie y se mantenga el problema, y cómo las emociones pueden afectarnos a la hora de sentir dolor es algo fundamental. La labor terapéutica tiene que basarse en la escucha activa y en la comprensión del dolor que se sufre, que es totalmente real. Habría que abordar los aspectos: fisiológicos, con técnicas de relajación; conductuales, para eliminar conductas de quejas y evitación que mantienen aún más el problema y así facilitar que se aumente poco a poco la realización de actividades adecuadas y reducir el uso de analgésicos; y cognitivas, para modificar las actitudes negativas, creencias y conductas que se tienen respecto al dolor, y potenciar actitudes positivas, enseñar técnicas de afrontamiento y habilidades para adaptarse y responder al dolor, generar sentimientos de autoeficacia.